La fiebre es una de las principales preocupaciones cuando nuestros hijos enferman. Sentir su piel caliente y verlos decaídos genera angustia y muchas dudas: ¿Es peligrosa? ¿Cuándo debemos actuar? ¿Es necesario un medicamento o debemos acudir al médico?
Si bien la fiebre puede asustar, es importante recordar que no es una enfermedad, sino un mecanismo de defensa del cuerpo. Es una señal de que el sistema inmunológico está combatiendo una infección, impidiendo que virus y bacterias se multipliquen con facilidad.
¿Cuándo se considera fiebre?
Gracias a los avances en dispositivos médicos, hoy existen diversas formas de medir la temperatura con mayor precisión. Según la vía utilizada, se considera fiebre cuando la temperatura corporal es:
- Rectal: superior a 38.0°C (es la más precisa para bebés y niños pequeños).
- Oral: superior a 37.8°C (adecuada para niños mayores de 4-5 años que cooperan con la medición).
- Axilar: superior a 37.5°C (menos precisa, pero común en el hogar).
- Timpánica (oído): superior a 38.0°C (requiere una técnica adecuada).
- Temporal (frente, con termómetro infrarrojo): superior a 37.5°C (rápida y cómoda, pero puede verse afectada por factores ambientales).
📌 Consejo: Se recomienda utilizar termómetros digitales, ya que son más seguros y rápidos que los de mercurio, los cuales han sido descontinuados por su toxicidad.
¿Cuándo la fiebre puede ser preocupante?
- Bebés menores de 3 meses: Toda fiebre es motivo de consulta inmediata, ya que en esta edad puede ser un signo de infección grave.
- Niños entre 3 y 6 meses: Si la fiebre supera los 38.5°C o el niño se muestra decaído, irritable o rechaza la alimentación, es recomendable acudir al pediatra.
- Mayores de 6 meses: Si el niño sigue activo, juega y se hidrata bien, la fiebre por sí sola no suele ser alarmante. Sin embargo, si persiste por más de 48 horas, o si se asocia a otros síntomas como dificultad para respirar, vómitos persistentes, sarpullido o letargo, debe consultarse con un médico.
⚠️ Fiebre recurrente: Si el niño presenta episodios de fiebre repetitivos en poco tiempo, especialmente sin una causa clara o con síntomas inusuales, es fundamental acudir al médico para una evaluación más profunda.
Convulsiones febriles: ¿Qué hacer?
Algunos niños, especialmente entre los 6 meses y 5 años, pueden experimentar convulsiones cuando la fiebre sube rápidamente. Aunque suelen ser inofensivas y autolimitadas, pueden ser muy angustiantes para los padres.
¿Cómo reconocer una convulsión febril?
- Movimientos bruscos e involuntarios de brazos y piernas.
- Pérdida momentánea del conocimiento.
- Mirada fija o desviada.
- Labios o piel azulada.
- Rigidez del cuerpo.
Las convulsiones febriles duran en promedio menos de 2 minutos y no dejan secuelas neurológicas.
¿Qué hacer si ocurre?
✅ Mantén la calma y coloca al niño de costado para evitar que se atragante.
✅ No introduzcas objetos en su boca ni intentes sujetarlo con fuerza.
✅ Aleja objetos peligrosos a su alrededor.
✅ Controla la duración del episodio.
✅ Una vez que termine la convulsión, consulta con un médico para descartar otras causas.
🚨 Busca atención de urgencia si:
- La convulsión dura más de 5 minutos.
- Se repite en el mismo episodio febril.
- El niño no recupera la conciencia después de la convulsión.
- Hay dificultad para respirar o coloración azulada persistente.
- Ocurre en un niño menor de 6 meses.
Mitos sobre la fiebre
🔴 “La fiebre alta causa daño cerebral”
✅ Falso. La fiebre en sí no daña el cerebro. Solo temperaturas extremas (> 42°C, muy poco comunes) pueden representar un riesgo grave.
🔴 “Si no baja la fiebre, hay que usar antibióticos”
✅ Falso. La fiebre no siempre significa infección bacteriana, por lo que no siempre se necesitan antibióticos. Su uso inapropiado puede generar resistencia a los medicamentos.
🔴 “Mientras más alta la fiebre, más grave la enfermedad”
✅ No necesariamente. Algunas infecciones leves pueden generar fiebre alta, mientras que enfermedades graves pueden presentarse con fiebre moderada o incluso sin fiebre.
¿Cómo manejar la fiebre en casa?
Si la fiebre no está acompañada de signos de alarma, puedes seguir estos pasos para ayudar a tu hijo a sentirse mejor:
✅ Hidratación: Ofrece líquidos con frecuencia (leche materna, agua, caldos, suero oral).
✅ Ropa ligera: No lo abrigues en exceso, ya que esto puede elevar aún más la temperatura.
✅ Baño con agua tibia: No uses agua fría ni alcohol, ya que pueden provocar escalofríos y ser contraproducentes.
✅ Antipiréticos: Solo si el niño está incómodo o con malestar, se pueden administrar medicamentos como paracetamol o ibuprofeno, siguiendo la dosis indicada por el pediatra.
¿Cuándo acudir a urgencias?
Dirígete al servicio de urgencias si el niño presenta:
🚨 Fiebre en menores de 3 meses.
🚨 Fiebre mayor a 40°C sin respuesta a antipiréticos.
🚨 Convulsiones febriles prolongadas (> 5 minutos) o recurrentes.
🚨 Somnolencia excesiva o dificultad para despertar.
🚨 Rigidez en el cuello o incapacidad para moverlo.
🚨 Dificultad para respirar o coloración azulada en labios y uñas.
🚨 Vómitos continuos o signos de deshidratación (ojos hundidos, boca seca, ausencia de lágrimas).
🚨 Sarpullido con puntos rojos o manchas que no desaparecen al presionar.
Conclusión
La fiebre es un síntoma común en la infancia y, en la mayoría de los casos, no es peligrosa. Lo más importante es observar el estado general del niño y actuar con calma. Saber cuándo tratarla en casa y cuándo buscar atención médica puede marcar la diferencia en su bienestar.
Si tienes dudas, consulta siempre con un profesional de salud.
Dr. Francisco Gonzalez A.